Acá está todo lo que debes saber para que tus tortas queden esponjosas y no se desarmen
Un buen pastel funciona para todo tipo de ocasiones. Desde una celebración, pasando por una simple provocación de algo dulce, hasta un exquisito postre. En este artículo te damos todos los consejos necesarios para que hagas una torta fácil en tu casa.
Antes de empezar a cocinar
Las recetas de tortas suelen ser muy específicas, así que es mejor que antes de encender el horno y ponerte el delantal para cocinar, te asegures de unas cuantas cosas para que el resultado final sea todo un éxito.
Los utensilios básicos y de medición
Los expertos en repostería saben perfectamente que un error en la medición o en el orden en que se añaden los ingredientes puede arruinar el resultado final. Por eso hay una frase que se ha repetido varias veces: “La pastelería es una ciencia exacta”.
No es algo descabellado de afirmar, en especial, cuando se piensa en la preparación de un pastel. Hay unos ingredientes específicos, con unas cantidades precisas, que después de un proceso cambian sus propiedades.
Por eso es que lo utensilios son tan importantes si quieres cocinar una torta. Hay poco espacio para equivocarse, así que las cucharas o tazas medidoras son fundamentales. Estos objetos para medir volúmenes también se encuentran en todos los laboratorios. ¿Será una coincidencia?
Estos son los utensilios que no te pueden faltar si vas a preparar una torta fácil.
- Un tazón:lo mejor es que uses uno de acero inoxidable para mezclar los diferentes ingredientes. Lo bueno de este material es que mantiene la temperatura de los productos, lo cual te ayuda bastante a tener mejores resultados.
- Colador o tamiz: uno de los más importantes para tamizar la harina y el azúcar. También te puede ayudar al momento de la decoración o para separar sólidos de líquidos.
- Batidor: ya sea eléctrico o manual, es otro de los utensilios que no pueden faltar. Vas a estar batiendo bastante, por lo que te recomendamos uno eléctrico.
- Molde: es lo que le va a dar forma a tu pastel, así que asegúrate de que resista las altas temperaturas y que quepa en tu horno.
- Cucharas medidoras: en todas las recetas vas a encontrar medidas en 1 cucharada, ½ cucharadita y similares. Es fácil pensar en que la cucharada es igual a la cuchara que se utiliza para tomar sopa y la cucharadita es la misma usas para el azúcar. Eso no es muy cierto. Un kit de cucharas medidoras te va a ayudar muchísimo.
- Tazas medidoras de sólidos: un caso parecido al anterior. Una taza de café no es la misma taza de la que hablan en las recetas, así te vas a asegurar de usar la cantidad correcta de azúcar o harina
- Taza o jarra medidora de líquidos: es para lo mismo que las anteriores, pero acá vas a estar midiendo, por ejemplo, agua o leche.
- Espátula: lo mejor es que uses una de silicona para mezclar y raspar sin que tus tazones estén en peligro de rayones
- Pesa o balanza: te va a ayudar bastante, sobre todo con las recetas más complejas en las que cualquier cambio pequeño en la cantidad de ingredientes puede llegar a arruinar tu pastel. Si únicamente quieres hacer recetas básicas, no es necesario que compres una.
Lee la receta y asegúrate de tener los ingredientes
No te vayas a lanzar a cocinar sin asegurarte de leer muy bien, con calma y detalladamente, la receta. Lo último que vas a querer es estar en medio de la preparación y darte cuenta de que te falta algún ingrediente.
Además, no es únicamente que tengas todos los utensilios e ingredientes necesarios. Como ya dijimos antes, en la pastelería es fundamental usar las cantidades correctas, así que también fíjate que las tengas.
Otra pesadilla pastelera sería que la harina o el azúcar, por ejemplo, se termine mientras ya estás cocinando y con el delantal puesto.
Por último, la cantidad incorrecta de ingredientes no es lo único que puede afectar negativamente tu torta. La temperatura también es una amenaza que debes contrarrestar con atención.
Por eso es clave que tengas cada uno de los elementos que se necesitan a temperatura ambiente. Así que prepárate con tiempo y saca los huevos, la leche, la mantequilla y todo lo que necesites y guardes en la nevera con, al menos, una hora de antelación.
De lo contrario, la textura de tu pastel no será la que imaginas. También afectará su apariencia y, al momento de cortarla, va a ser mucho más complicado que no se te destruya. ¿Ya ves por qué hablamos de una “ciencia exacta”?
Trucos con los ingredientes a temperatura ambiente
- Huevos en agua tibia: si quieres acelerar el proceso porque no puedes esperar para empezar a cocinar o simplemente se te hizo tarde, coloca los huevos fríos en cualquier recipiente con agua tibia. En pocos minutos ya los tendrás a temperatura ambiente.
- Corta la mantequilla: un buen consejo con la mantequilla que tenías en la nevera, es que la cortes en dados apenas la saques. Va a tardar menos tiempo en alcanzar la temperatura que necesitamos.
Además de asegurar los ingredientes, tenlos listos
Los tiempos en el mundo de los pasteles son muy importantes, así que también vale la pena que, antes de empezar a mezclar o batir, tengas los ingredientes listos para ser usados.
A lo que nos referimos es que ya tengas tamizada la harina, el cacao, la canela y otros ingredientes secos que te pide la receta. Así mismo, la levadura y el azúcar en polvo. Este último lo puedes pasar por una licuadora para que los granos sean lo más pequeños posibles.
De esta forma será mucho más fácil que se integre con el resto de la mezcla y, si te decidiste por un batidor manual, ahorrarás bastante energía.
Al momento de cocinar
Después de asegurarte de tener todo preparado, con las cantidades precisas de cada uno de los ingredientes que te pide la receta, es momento de empezar a cocinar esa torta fácil. Acá inicia la magia, o mejor, la ciencia.
Comencemos a mezclar
La primera recomendación es que dividas tus ingredientes entre secos y húmedos. Esto es importante ya que debes empezar por mezclar los que son secos, y después los que son húmedos.
Una vez los tengas listos, cada uno por su lado, ya puedes integrarlos.
Los huevos
Respecto a los huevos, vale la pena que batas las yemas un poco. Una buena idea es que lo hagas con un tenedor, como si fueras a cocinar unos huevos revueltos.
Un pequeño truco que te puede ayudar si buscas un pastel más esponjoso, es que también batas las claras antes, hasta que se vean más blancas, y que no las añadas al mismo tiempo que las yemas.
La mantequilla y el azúcar
Seguramente te vas a encontrar con varias recetas en las que te piden que mezcles la mantequilla con el azúcar. Acá lo más recomendable es hacerlo con un batidor eléctrico ya que debes hacerlo de forma constante por unos cinco minutos.
De todas formas, lo puedes hacer con un batidor manual, pero ten en cuenta que no debes detenerte, sino que es necesario que batas constantemente. De paso, es un buen ejercicio para tu brazo. ¡Ánimo y hazlo con energía!
Cuando veas que la mezcla tiene un amarillo más pálido y ya se siente ligera, significa que está lista.
¿Cómo saber que la mezcla está lista para ir al horno?
Para que el pastel que imaginas en tu mente se materialice en la cocina, es importante saber cuándo detenerse al momento de mezclar los ingredientes. Lo ideal es que, apenas todos los ingredientes estén integrados, te detengas una vez la mezcla se vea cremosa y sin grumos.
Consejos para hornear
Empezamos con, seguramente, uno de los errores más comunes: no precalentar el horno. Si quieres un buen resultado, tu horno ya debe estar en la temperatura correcta cuando lleves la mezcla.
Cada horno, dependiendo de la marca y el uso que se le ha dado, puede tardar más o menos tiempo. Pero calcula al menos entre 15 y 20 minutos para precalentarlo. Esto no es opcional, es importantísimo. No lo olvides.
Voy a ver cómo va ese pastel…
¡No! ¡Detente! No dejes que la curiosidad te gane. Ni se te ocurra abrir el horno para revisar qué está pasando con tu postre. El cambio de temperatura, ese aire frío que entra, evita que el pastel crezca.
La definición de tristeza en una pastelería es abrir el horno cuando el postre está creciendo, para que luego vuelva a caer y se arruine. Créenos, no quieres ver eso.
Recomendaciones con el molde
Primero, recuerda que el pastel crece mientras es horneado. Es ahí donde cambia sus propiedades para pasar de ser una simple mezcla de ingredientes a convertirse en un postre delicioso.
Debido a esto, nunca llenes el molde hasta el tope, ya que seguramente se va a rebosar, regar y limpiar el horno no será nada agradable. Jamás te pases de los 2/3 del molde, así aseguras que hay espacio para la torta.
Por otro lado, antes de verter la mezcla, una muy buena idea es engrasar los moldes con mantequilla y harina. Así va a ser muchísimo más fácil desmoldar y vas a evitar cualquier peligro, como que se destruya cuando esté lista.
Es mucho mejor que te ahorres esa frustración de retirar el pastel, después de todo el proceso, y que al final se eche a perder. Pero si te llega a pasar, no te desanimes, a todos les ha sucedido, hasta a los mejores.
Después de hornear
El truco para saber si tu torta está en su punto es muy sencillo. Mete un palito en el centro del pastel, y si sale limpio significa que ya está listo. Ese es el momento para sacarlo del horno.
Luego déjalo enfriar por 15 minutos y desmolda con cuidado.
Recomendaciones para decorar o rellenar
Nunca pongas estos toques finales mientras el pastel sigue caliente, ya que la temperatura va a derretir cualquier tipo de decoración que has planeado. Así mismo, si tu idea es rellenarlo, aguarda a que esté frío.
Lo mejor es envolver la torta en papel film y dejarla en la nevera por media hora. Después ya puedes cortarla y añadirle el relleno que tenías pensado.
Es hora de cocinar
Ya sabes los secretos y algunos trucos para hacer un pastel fácil en casa. Es momento de ensuciarse las manos y empezar a cocinar. Te dejamos algunas ideas: